La separación es un proceso muy difícil que pasan algunos matrimonios, pero si para alguien es difícil es para los hijos.
Ellos ven como la familia que tenían, su padre, su madre, su hogar se divide en dos, y pasan por un proceso de duelo muy complicado de superar.
Los padres en algunas ocasiones, se preocupan más por hacer sufrir a su ex pareja que por seguir cuidando a sus hijos.
Aunque en un principio el niño asimile la situación en muchos casos aparecen años después en forma de reproches hacia sus progenitores.
Tener un hijo es algo muy serio y debe ser lo más importante que tengamos en nuestras vidas. Si algún día, se acaba el amor y ya no se puede seguir con el matrimonio hay que pensar en el niño, evitar que sufra, no enemistarlo con su padre o madre y procurar que aunque separados, siga llevando la misma vida de antes, y siga teniendo siempre la figura de su padre y su madre.
Nunca hay que intentar sustituir esta figura por la de una nueva pareja, aunque si hay que educarlo en el respeto y el cariño hacia la otra persona, hay que inculcarle siempre que sus padre son los que son y estarán siempre ahí para apoyarle y educarle.
Diario de un Educad@r Social 